miércoles, octubre 07, 2009


LA IMPLICACIÓN Y CORRESPONSABILIDAD NOS HACE MÁS FUERTES


Es increíble la rapidez con que suceden las cosas, con la que pasan las fechas, que no la vida y como es cierto aquel dicho de “al final todo se sabe, todo se pone en su sitio”. Y en Utrera más.  Antonio Criado

Tenía verdadero interés en ser recibido por el Señor Alcalde, más que nada para ver cómo, en qué postura lo encontraría, ya que se habla últimamente mucho de “ no saber escuchar, prepotencia o debilidad expresada en estar más tiempo de lo correcto a la defensiva”, la verdad es que la reunión fue fácil, amena, fluida y entiendo que receptiva. En la hora larga que duró, Utrera fue tema único, poco protocolo o táctica de envolvimiento, esa que te hace relajarte en el sillón y desabrocharte el botón de la chaqueta: El tremendo Paro, las contrataciones dentro de los distintos planes, la carretera A 4, el Consorcio del Área Metropolitana de Sevilla, el tren cercanías y el apeadero de la línea Málaga, fueron puestos en la mesa con toda crudeza, sin rodeos ni papel celofán que lo adornara políticamente. La valoración de dicha reunión ya la dará en breve públicamente mi partido , yo aquí solo traslado mis sensaciones personales y como siempre, las hago desde una libertad absoluta; pues bien, mi opinión del encuentro, con las reservas lógicas, fue de frescura, estar a gusto de encontrar un marco donde se preguntaba más que se criticaba, donde se explicaba y argumentaba más que se defendía, desencuentros los lógicos, discrepancias por supuesto, mí resumen político: falta de explicación de los grandes temas a tiempo a los ciudadanos ,la comunicación falla o se queda entre ocho paredes.

Esta semana todos nos apuntábamos a hablar de las barriadas, como se ve que ya están a la vuelta de la esquina las Elecciones Municipales, yo sin criminalizar a nadie solo digo que si se piden mejoras en los barrios, es que de seguro hacen falta y ¿¿por qué ahora?? Se preguntaban muchos. Seamos serios y rigurosos, los vecinos a los que casi nadie escucha se encuentran de golpe que todos queremos hablar con ellos, todos vamos a poner su barrio como un cromo, limpio, reluciente y como es natural, el soñar no cuesta dinero, café para todos. Lo que pasa es que más de la mitad de los que van a la foto, de lo que dijo , a lo que se comprometió , se le olvida rápidamente, es por eso que yo les sugiero a los vecinos que cuando vayamos a “arreglarles el barrio” exijan la firma personal de ese contrato y no solo ha de cumplir el que gana elecciones , sino también el que queda de oposición dentro o fuera del Ayuntamiento; os animo a tirar de papeles viejos y veréis a organizaciones que solo se les ve los rizos o la coleta cuando se acercan las elecciones y después desaparecen por arte de oportunismo.

Llevo más de tres semanas intentando hablar de la educación, pero siempre me quedo sin espacio. Hoy dejo otros temas también interesantes y entro a opinar de educación, disciplina, esfuerzo, implicación y sobre todo profesiones vocacionales de implicación máxima. Comienzo por la máxima de que educación es disciplina , pero la disciplina es consecuencia de la educación, y esta si no se mama desde la cuna, en la familia, apaga y vámonos, en esa educación donde la figura de los padres es el referente , el modelo a seguir , donde con la vivencia en el día a día se le inculcan al niño los valores del respeto la tolerancia y la importancia de ser persona, de pagar las facturas, del respeto a los abuelos, de que la vida es una lucha constante de superación , donde el maestro es la continuación pulidora de esa educación en familia. Si ese ciclo se cumple, el niño casi con toda seguridad sabrá donde están los valores y como actuar desde ellos, pero claro, aquí ya nadie sabe qué somos y representamos en la vida, los padres, en un modismo falso, somos amigo y cómplices, los maestros coleguis, lo que el niño dice o pide es ley divina y la figura referente de los padres hoy la suple la TV. Manifestamos delante de ellos que engañar y mentir es un valor, que detestamos a los vecinos que tienen algo que no tenemos, que al maestro de turno como se le ocurra tocarle un pelo le partiré la cara ( a mí hijo le va a pegar el cabrón ese), los abuelos en la casa no, que desentonan con el salón, si a esto le añadimos que hoy un gran porcentaje de maestros se refugian en la profesión por aquello del sueldo y no por vocación, que su implicación escolar y tras-escolar es nula, salvo honrosas excepciones, el cóctel está batido y listo para la violencia, la intolerancia y el desprecio a todo.

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