martes, mayo 27, 2008


SÁHARA EN EL CORAZÓN

O mejor dicho, el Pueblo Saharaui en mi pensamiento, en mis retinas, en el fondo de mi Corazón. Esos niños con esos ojos que te miran diciéndote gracias. Antonio Criado Barbero……
¿Gracias por qué? Si somos nosotros los que les tenemos que dar las gracias por todo lo que nos dan: en ejemplo y formas, amistad, hospitalidad y sobre todo, en saber vivir con orgullo de pueblo. Yo nunca antes visité el Sáhara; tenía miedo de no aguantar lo que allí me iba a encontrar, sí que hablaba y me preocupaban sus problemas y vicisitudes. Ayudaba en todo lo que podía, denunciaba públicamente la hipocresía de todo el mundo con este pequeño pero gran pueblo que es la República Saharaui, sobre todo la actitud de España. Pero esta vez me atreví a decir sí a la invitación del Delegado en Andalucía del Frente Polisario. A pesar de los pesares, aunque mi corazón estallara de pena fui, ¡cuánto me alegro de haber dicho sí ¡Los cinco días allí vividos con sus noches interminables han sido para mí algo muy grande: el dormir sobre las arenas del desierto enrollado en una manta con frío hasta en los huesos, después de haberte bebido muchos tés y haber asistido a charlas y debates sobre el futuro y presente del Sáhara, ¡es algo único, imborrable en el pensamiento! Las reuniones con los ministros, tomando un té en las Jaimas con todas las delegaciones que íbamos de España, me sirvieron para avergonzarme una vez más de la hipocresía de gente incoherente que va allí diciendo lo contrario de lo que hacen aquí. Sí, me refiero a personas que van allí con campañas de ayudas humanitarias importantes para el pueblo, y no las menosprecio, pero en cuanto le pides que hagan algo más, como es tomar postura política para acabar de una vez con la vergüenza de tener a un pueblo viviendo en la edad media, te dicen que no. Yo de verdad que alucinaba escuchando las delegaciones de ayuntamientos del PP y del PSOE, diciendo allí lo que niegan aquí. Y como no me lo pude tragar, se lo dije en Público. Este pueblo necesita que se le haga justicia, que se reconozca de una vez, que tras ser durante mucho tiempo colonia Española y atendiendo a las resoluciones de Naciones Unidas para la Descolonización, que la Soberanía de este vasto y rico territorio es de sus legítimos dueños: el Pueblo Saharaui. España salió corriendo de allí dejando a un pueblo que confiaba de que España no los dejarían tirados y a merced del ejercito terrorista Marroquí. España hoy, a los treinta y cinco años de aquella cobarde huida, sigue jugando a dos bandas: dice estar en el corazón con el pueblo saharaui y a la vez mantiene lazos preferentes de amistad y cooperación con el régimen feudal y dictatorial alauita(Marruecos) a cambio de que nos dejen en paz con el tema de Ceuta y Melilla. En el panorama internacional mantiene la misma línea que marco Felipe en el año 82: una tremenda ambigüedad y una postura light en referencia a la descolonización y a la celebración de Referéndum de autodeterminación del Sáhara. La intermediación de la ONU, con las fuerzas de MINURSO, ha sido nula e ineficaz.
Pero volviendo a mis cinco días entre Saharauis , viviendo comiendo y durmiendo en pleno Sáhara, en territorios liberados al ejército terrorista Marroquí en la ciudad de Tifariti, a donde pudimos llegar en todo terrenos recorriendo más de 670 Kilómetros de arenas y rocas. Han sido especialmente gratificantes para un encuentro con migo mismo, con mis convicciones ideológicas y humanas, reafirmándome aun más en mi defensa de los derechos humanos; pisoteados en este caso como casi siempre por las grandes potencias Europeas a las que me avergüenzo pertenecer.
En el acto de la XXXV Conmemoración del frente Polisario en Tifariti se pudieron ver delegaciones Institucionales del todo el Mundo, de España: Ayuntamientos y Diputados a titulo personal del PP, PSOE, Izquierda Unida, IR Cataluña, gallegos, canarios y Vascos…Y como era mi caso, delegaciones oficiales de Partidos Políticos de Europa y África, y de América Latina, de España sólo Izquierda Unida.
Ahora en España, durmiendo en mi confortable colchón de esos de látex enrollables y escogiendo que comer, tras desperdiciar cincuenta litros de agua bañándome, me pongo frente a este aparato brujo que es el ordenador y recuerdo, no sin avergonzarme ¿Qué han hecho ellos para merecer tal abandono en nuestro pensamiento?
Queridos hermanos saharauis, tenéis mi apoyo hasta el momento final de vuestra victoria.

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