lunes, octubre 06, 2008


Una verdad frecuente
Vie, 26/09/2008 - 07:45 — Clavel

A veces, ante tanta y tantas desgracias, tragedias que día a día recibimos en imagen y sonido de cosas lejanas, no vemos las que tenemos cerca al lado de nuestra casa, una pena el no conocernos mejor.Mi vecino Juan, un joven Utrerano, anda el pobre un poco asustado con su situación. Él no es que estuviese nadando en la abundancia económica pero iba tirando. Como no encontraba trabajo tras acabar sus estudios y tras probar en dos empleos de comercial en los que ni siquiera le pagaron, aburrido de no ver una salida, se fue a trabajar a la construcción con su padre. Le fue bien ya que es un buen trabajador y bastante responsable. Como le fue bien, ganaba dinero y el futuro se veía limpio y sin atascos pues Juan se caso con su novia de siempre. Se compraron una casita de esas pareadas, firmaron mil letras y como es normal en estos casos, al no tener propiedades con las que garantizar su hipoteca, pues nada, su padre lo avaló con sus bienes personales.Hasta aquí todo bien, normal. El problema para Juan y su familia comienza cuando el sub-contratista que depende a su vez de una sub-contrata de una contrata de una de esas empresas tan “serias” que se han hecho millonarias engañando a todo el que se rozaba por ellas dice que no tiene dinero. Pues bien, este sub-contratista sin aviso previo ni nada que se le parezca, cuando el viernes la cuadrilla de Juan va a cobrar los trabajos realizados a destajo como es “habitual”, este señor no se presenta y manda a uno de los encargados que tiene (quita vergüenzas) para que les notifique que no tiene dinero, que tiene unos pagares sin conformar y que si quieren se los da a cambio de su sueldo. Los compañeros de Juan, ante la desesperación están a punto de decir que sí, pero Juan, que está más preparado, me llama por teléfono preguntándome si esto era legal y si era posible el cobrar estos pagares. Le digo que ni se le ocurra firmar el finiquito a cambio del dichoso e ilegal pagarés, ya que nunca lo podrá cobrar; es más, si lo ingresa en su cuenta le generara gastos.Tras cinco semanas sin cobrar y sin poder trabajar ya que este sub-contratista abandona la obra y la empresa constructora no se quiere hacer cargo de los trabajadores, tras personarse todo los días en la obra esperando que este pirata de Audi y Rolex de oro tenga la vergüenza de aparecer y cumplir, los trabajadores deciden desplazarse a su casa, donde tienen la suerte de que la mujer del susodicho les atiende y avergonzada, les da un cheque que firma ella ya que la empresa está a su nombre. Tras pedirle perdón por la actitud de su marido les cuenta las aventuras de este sinvergüenza.El primer problema resuelto, han cobrado pero ahora no encuentran trabajo y aunque tienen el paro cuatro meses no encuentran trabajo. Las empresas no los cogen y los sub-contratistas están despidiendo a los que tienen, ¿cómo hago frente a la hipoteca? Me preguntaba angustiado Juan ¿A qué mundo voy a traer a mi hijo se lamentaba? (La compañera de Juan está embarazada). No se a ustedes pero a mí esto me mete el corazón en un puño, yo me pregunto ¿no es esto terrorismo, no se está abocando a muchas gentes humildes, trabajadoras y serias a la ruina? ¿Cuando el gobierno y sindicatos serán capaces de arbitrar una ley en la que se prohiba tajantemente el sub-contratar las veces que quieran las empresas? ¿No está demostrado por activa y por pasiva de que las grandes empresas sólo tienen una oficina y el respaldo de los bancos para adjudicarse obras y más obras que luego sub-contratan las veces que les venga en gana? ¿No está demostrado que los accidentes son siempre en estas empresas sub-contratadas, que nunca cumplen las medidas y normas de seguridad, que son todas insolventes ya que por capital social solo tienen 950€?Cómo Juan y su cuadrilla sé que en Utrera hay más familias en esta situación y aún peor, que la única salida es salir de nuevo fuera de Andalucía o de España. Un grupo de utreranos están ya y otros saldrán en breve para Kuwait a trabajar en la construcción para aliviar la economía familiar, o lo que es lo mismo, no perder el adjetivo de españoles inmigrantes ¡¡las vueltas que da la vida!!Esta película real ya la he visto y vivido y casi puedo contarles a ustedes el final sin que me equivoque mucho, pero eso será la semana que viene si es que se me dejan seguir escribiendo de lo que veo siento y palpo en esta Utrera Nuestra. Los comerciantes de Utrera andan un poco asustados y desorientados, los problemas se le acumulan, las bajas ventas, las obras en sus entornos y el futuro negro que vislumbran en el devenir próximo. Yo les diría que lo “mejor”, está por llegar y les recomendaría que se asocien todos para tener más fuerza ante la que se le avecina.

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