Porque en todos estos años he entendido que uno es dos y esos dos son uno, en los días de enfados perdidos, ansiando esa mirada esquiva, ese roce sutil de esa mano amiga, ese decir “¿qué te pasa?; a mi nada, ¿y a ti?” Cuando por fin esas manos se tocan, esos cuerpos se juntan, te abrazas y dices para ti, “ni puedo ni sé vivir sin ti”, si eres tú, mi luna y guía, junto a ti toda una vida, una vida compartida ,porque esos dos fueron uno y al final una familia.

Tarta del cuarenta cumpleaños del día en que Esperancita llevó al altar a este pobre mortal.

Dos Hermanas 1 de Noviembre de 1969

La Luna a 1 de Noviembre de 2009