DESDE MI VENTANA CON VISTAS A LA LIBERTAD,

"Que fácil es un día hacer algo, pero que duro mantener lo que uno piensa todo el tiempo".

Sí, demasiado duro, y además poco entendible por los que se dejan llevar por los aires de la conveniencia o por el "donde vas Vicente".

Vengo a esta reflexión, al leer algunos de los artículos de mi querido amigo Alfonso Pérez Corrales, amigo no de café y paseo diario, ni de compadreo ante la barra de un bar sino por esa complicidad que da una postura ante la vida.

Alfonso tiene para mí el don de recordarle a uno siempre cosas que un día dijimos , defendimos o aseguráramos y claro, esto es molesto para algunos que van por la vida cual veleta de campanario.

Pero además de esa memoria privilegiada o esos miles de notas fechadas que guarda en sus estanterías entremezcladas con sus miles de libros y documentos, los cuales para algunos pueden ser y de seguro serán una pesadilla, Alfonso tiene una pluma fácil , hiriente como un bisturí y el muy cabezón es duro y constante ,siendo algo complicado convencerlo de algo que el no vea o de lo que dude.

Pero bueno, eso que es más una virtud que un defecto, al menos a mi parecer, ya que es bueno que haya alguien ahí que pueda decir: "oye tú ahora dices o haces lo contrario a lo que tal día dijiste o aseguraste",

Para mí lo más importante es que Alfonso es un tío honrado a carta cabal sin fisuras, sólido como una roca y además un tío comprometido como todos los que suelen nadar a contracorriente en esta vida. Cosa que en Corrales es una constante.

Para mí sería un lujo tener tiempo para poder cultivar su amistad a diario pero ya digo, solo me puedo permitir el pasar por su casa un día al año cercano a la navidad y alguna que otra llamada.

Perdona amigo que me permita trazar aquí esta reflexión de amistad sin haberla al menos consultado contigo, pero ya sabes, yo soy así, a lo mejor es que ser tan cabezón como tú es el hilo que nos une al menos en eso, por que lo que sí es seguro que al parecer escogimos caminos diferentes.

"Los gigantes no son gigantes que son muñecos de papel, dale golpes que caerán, no lo dudes, vaya si caerán".

Tu amigo en la lejanía cercana del saltillo

Antonio Criado Barbero